La historia de los bolsos de mujer de marca
Cuesta pensar en moda sin imaginarnos un magnífico bolso de marca. Los bolsos de mujer de marca llevan siglos entre nosotros, convirtiéndose poco a poco en un símbolo de status. Las grandes firmas de moda bautizan sus bolsos de marca con nombres inconfundibles, piezas que se vuelven ejemplares de colección.
Los bolsos de los grandes diseñadores cuentan historias, historias de grandes mujeres, figuras de la moda y de circunstancias históricas. Pero hasta llegar aquí, el bolso de marca recorrió un largo camino. Desde la prehistoria a iconos como el Birkin, pasando por las grandes dinastías orientales y la alta sociedad inglesa.
Hablemos de cómo los bolsos de marca se han convertido en el eje central de toda una industria.
El origen: un imprescindible desde la prehistoria
Desde que comenzamos a utilizar vestimentas rudimentarias, las bolsas y bolsos se volvieron indispensables por un tema de funcionalidad. Tanto para portar comida como herramientas, los bolsos tipo saco eran utilizados indistintamente por hombres y mujeres.
En la antigua Roma, el bulla era un amuleto parecido a un mini-bolso pensado para atraer la suerte y alejar los malos espíritus. Junto con las dinastías Han y Tang en China, los bolsos de pequeño tamaño eran un símbolo de alto estatus social.
Durante la época de los vikingos, aparecen modelos con estructuras metálicas llevados tanto por hombres como mujeres. Incluso durante toda la Edad Media, el uso de bolsos era algo totalmente extendido y unisex. Todo cambió en el siglo XVIII.
La moda del siglo XVIII, en particular la notable ausencia de bolsillos en los vestidos de la alta sociedad, convirtieron un bolso en un símbolo femenino. Ahora con diseños más intrincados, con bordados y siluetas cada vez más complejas, las mujeres de la burguesía y realeza utilizaban sus bolsos como espacio donde llevar los nuevos accesorios de la mujer moderna: abanicos, abalorios, cosméticos, etc.
Es importante destacar que el monedero evolucionó paralelo a los bolsos de mujer, siendo un objeto unisex con una presencia bastante omnipresente. Sin embargo, como ocurre en la naturaleza, la evolución de este objeto tomó otra dimensión. Los portamonedas fueron poco a poco evolucionando en las carteras y monederos que conocemos hoy, ideados para llevar en un formato compacto la documentación y pertenencias que consideramos más importantes. En la inglaterra del siglo XVIII, los pocketbook o libros de bolsillo servían específicamente para llevar pequeños papeles y documentación en un formato que cupiese en el bolsillo.
En cuanto a los bolsos de mujer, en un momento cruzaron su camino con los artículos de viaje. En el siglo XIX y XX, firmas como Gucci o Louis Vuitton dieron sus primeros pasos como fabricantes de maletas y otros artículos para viajes en ferrocarril. Con el tiempo, las técnicas y siluetas utilizadas para viaje comenzaron a hacerse más pequeñas y diseñadas para viajes más cortos: los trasiegos del día a día.
Tipos de bolsos de mujer de marca
Curiosamente, si ojeamos una revista de hace 150 años, muchos de los modelos que aparecen ilustrados serán exacta o casi exactamente iguales a los que utilizamos en la actualidad. Bolsos como el East West o el Boston Bag (uno de los primeros en recibir nombre, con un diseño muy parecido al Margaux de The Row) siguen siendo siluetas que han permanecido en la moda sin prácticamente ninguna alteración estética.
En general, el diseño de los bolsos está muy meditado. Su tamaño tiene un propósito o actividad determinados, así como una duración de uso. Los clutches o bolsos de mano son modelos pensados para eventos y fiestas cortas. Su tamaño reducido nos permite llevar en ellos lo justo y necesario, como nuestra cartera, llaves y dispositivos móviles. Desde diseños sencillos con correa para la muñeca, hasta bordados o con incrustaciones de pedrería, los bolsos de mujer de mano están pensados para un uso más puntual.
Los bolsos bandolera o de hombro suelen ser algo más espaciosos (con unas dimensiones generales de entre 20 x 15 y 20 x 20). Las bandoleras suelen contar con correas largas que se pueden cruzar para liberar nuestras manos.
Si bien algunos modelos de correa corta también están pensados para el día o para ocasiones concretas (como Le 5 à 7 de Saint Laurent), se trata de conceptos más espaciosos de los que podemos depender para un día por la ciudad. Los bolsos camera o messenger son ideales para hacer turismo, por su diseño sencillo y espacio compartimentado.
Modelos que han hecho historia
En los años entre el siglo XIX y el XX, muchas grandes firmas de lujo conocidas comenzaron su andadura. Firmas como Prada, Gucci o Loewe se hicieron famosas gracias a su marroquinería y a la industria de las piezas de viaje artesanales. El turismo internacional a principios del siglo XX reforzó la presencia de los bolsos de mujer de marca, dejando a las firmas explorar cada vez más fuerza creativa.
A lo largo del siglo XX, las grandes firmas fueron forjando su identidad junto a sus bolsos. Los bolsos de marca eran señas de identidad de los grandes diseñadores, desde las carteras de mano de Saint Laurent y Paco Rabanne hasta las piezas más grandes de Gucci, Prada o Loewe.
Cada gran casa fue encontrando así su propia técnica y su uso de materiales. Y con ello, llegaron las grandes asociaciones con celebridades. El más famoso quizás sea el Birkin, firmado por la marca Hermés. Este bolso esquivo para la mayoría se bautizó por Jeanne Birkin, la cantante y actriz francesa. La misma marca también creó el Kelly, dedicado a la actriz Grace Kelly.
Gucci creó el famoso bolso Jackie, tras la figura de una de sus más grandes clientas: Jacqueline Kennedy Onassis. Marc Jacobs creó el Jessica (por la modelo Jessica Stam) Saint Laurent el bolso Kate (por Kate Moss) y el Kaia tras Kaia Gerber.
Otros grandes iconos incluyen el Gucci GG Marmont. Su doble G entrelazada se ha convertido en un símbolo de estatus, fusionando la historia de la casa con un toque de rebeldía. Los bolsos Loewe, con sus modelos Puzzle o Amazona, ha redefinido la artesanía en el mundo de la moda. Los bolsos The Row, de las hermanas Olsen, se ha elevado al olimpo de los bolsos de mujer de marca con el Margaux y el Half Moon, con una estética elegante y pulida, convirtiéndolos en objetos de colección para los que amamos la moda.
Un icono más reciente, de la mano de los bolsos Jacquemus, fue su bolso Le Chiquito, desafiando las convenciones con un diseño en miniatura. Este pequeño accesorio inició todo un debate sobre moda y practicidad, elevando el concepto de bolso a algo más similar a la joyería.
