EL ESTILO DE CAROLYN BESSETTE-KENNEDY

Austera, sencilla y elegante, con un estilo minimalista que sigue siendo admirado e imitado hoy en día. Encumbrada como una de las mayores referencias del estilo actual, Carolyn Bessette-Kennedy (7 de enero de 1966 - 16 de julio de 1999) poseía un don innato para lucir impecable y verse siempre elegante. Como publicista de Calvin Klein, otro icono de la moda de los 90, saltó a la fama por su relación con John F. Kennedy Jr. Las fotografías de su estilo personal no tardaron mucho en volverse habituales en las mayores revistas del momento. 

En la actualidad, gracias al retorno del minimalismo de los 90, su figura ha regresado como un referente de marcas como The Row, TOTEME, Jil Sander y otras muchas. Su famoso estilo, simple y elegante, merece su propio espacio como fuente de inspiración. Exploramos las claves de su estética:

Minimalismo y sobriedad

Carolyn Bessette-Kennedy fue la personificación de la elegancia, incluso antes del salto a la fama. Tras graduarse de Boston University, comenzó a trabajar en la tienda de Calvin Klein en Chestnut Hill (Massachusetts). Su estilo personal haría que Susan Sokol, directiva de CK, la recomendara para trabajar como publicista para la marca. Poco tiempo después, ya estaba a cargo de la organización de los desfiles de la casa. Pero no sería hasta 1994 que daría el salto a los medios de comunicación como la pareja de J.F. Kennedy Jr.

Su particular perspectiva de la moda evitaba cualquier exceso u ostentación, y se centraba en líneas limpias, siluetas elegantes y una paleta de colores neutros. Casual o no tan casualmente, su look coincidía a la perfección con la imagen construida por firmas como Jil Sander o Calvin Klein en su momento.

Bessette Kennedy prefería tonos clásicos como el blanco, el negro, el beis y el azul marino. El resultado era una apariencia sofisticada y un look atemporal. 

Icono de la moda contemporánea

Un aspecto clave del estilo de Bessette-Kennedy era su preferencia por prendas de alta calidad y bien confeccionadas. Optaba por piezas que combinaban la mejor artesanía con un diseño sencillo, lo que le permitía mantener un guardarropa selecto pero versátil. Las prendas que elegía, desde sus blazers hasta sus faldas lápiz, estaban hechas de materiales lujosos como la lana, el cashmere y la seda, lo que contribuía a la longevidad y elegancia de su vestuario.

Toda la ola del estilo minimalista venía reflejando la época de tumulto político de la comunidad internacional. No en vano, después de la pandemia hemos vuelto a ver un retorno a la sobriedad y la sencillez instada por la búsqueda de seguridad y simplicidad. Hoy, como en aquel momento, las claves eran la sencillez y la funcionalidad, todo confeccionado con tejidos lujosos y de alta calidad para que perduraran tanto física como estilísticamente hablando. 

Carolyn tenía un talento único para combinar piezas masculinas y femeninas en sus looks. Podía llevar un traje de chaqueta de corte masculino con la misma elegancia que un vestido de noche ajustado. Este juego de contrastes entre lo masculino y lo femenino añadía una profundidad especial a su estilo, lejos de la hiperfeminidad de muchos estilismos de la década anterior. 

Las piezas clave en su armario

Recopilado de forma exhaustiva por cientos de outlets y medios digitales, el estilo de Carolyn podía desgranarse en las prendas de fondo de armario combinadas con un aire de elegancia y simplicidad. Carolyn ha inspirado a mujeres de generaciones que ni siquiera la vieron viva, convirtiéndose en un icono de la moda eterna.

La camisa blanca y el little black dress eran dos clásicos de sus estilismos. Las siluetas de estas prendas eran ceñidas, pero no demasiado, construyendo figuras y volúmenes más relajados. Tanto sus looks formales como informales estaban centrados en torno a la sencillez, la elegancia y la comodidad. Incluso la ausencia de joyería o la presencia de piezas muy, muy discretas eran parte esencial de su statement. 

En su día a día, accesorios como gafas de sol ovaladas y sencillas, y bolsos espaciosos (siluetas en tendencia hoy en día), incluso de fiesta, sus elecciones iban a elementos sencillos como bolsos de mano o clutches pequeños y sin mayor adorno. En la actualidad, podemos imaginarla con el The Row Envelope de noche, y el Margaux durante el día. 

Los accesorios de Carolyn eran piezas clásicas como pendientes de perlas, cadenas de oro finas y relojes. Este filtro minimalista también se extendía a su maquillaje, que era natural y poco recargado, buscando resaltar su belleza natural en lugar de ocultarla.

Su estilo en marcas

Firmas como TOTEME, The Row, Jil Sander, Bottega Veneta, Prada, e incluso Jacquemus, representan a la perfección sus preferencias de moda. Todas estas firmas son clave en el resurgimiento actual del estilo minimalista y conceptual. Y probablemente todas ellas, en mayor o menor medida, se han visto influidas por el estilo de Bessette-Kennedy.