La historia de la ropa Chloé
La casa Chloé es un pilar fundamental de la moda francesa. Su huella en la industria de la moda desde su fundación en 1952 por Gaby Aghion ha trascendido. Tras varias fases de evolución y directores creativos, el espíritu libre de la casa se ha mantenido en su esencia. El objetivo de Gaby Aghion era desafiar las convenciones de la ropa de su época, ofreciendo una opción libre y romántica a la mujer de la década.
La estética de la ropa Chloé es reconocible por su equilibrio entre sofisticación y estilo romántico, quasi campestre. Desde sus inicios, la firma apuesta por una combinación de elegancia femenina y lo bohemio. Aghion comenzó diseños ligeros y fluidos, tejidos delicados y una paleta de colores suaves, reforzando la dulzura del carácter Chloé. Como pionera del prêt-à-porter, sus colecciones estaban pensadas para usarse como ropa de diario cómoda.
La historia de la ropa Chloé en directores creativos
En el año 1966, Karl Lagerfeld se unió a Chloé como director creativo, aportando su visión distintiva a la marca. Durante su paso por Chloé, Lagerfeld incorpora elementos modernos y vanguardistas en sus diseños, sin alejarse del romanticismo central de la casa. Su labor fundamental fue consolidar la identidad de la marca y ampliar su reconocimiento a nivel internacional, siendo ya por aquel entonces un creativo con gran seguimiento en la industria.
A lo largo de los años, por Chloé se han sucedido directores creativos que han girado ligeramente el timón de su travesía. A Lagerfeld le sucedieron diseñadores reconocidos como Martine Sitbon, Stella McCartney y Phoebe Philo. El reto de cada uno fue el mantener la esencia femenina y bohemia de Chloé, mientras aportaban su enfoque personal a las colecciones. Bajo la dirección de Phoebe Philo, en la década de los 2000, Chloé vivió un renacimiento a nivel global. Su minimalismo y sofisticación conquistaron a una nueva generación de clientas jóvenes que amaban la moda, y piezas como el bolso "Paddington" se volvieron los “it-bags” de la época. En 2011, Clare Waight Keller fue nombrada la primera directora creativa británica de Chloé. Bajo su dirección, la firma siguió creciendo con una estética elegante con toques contemporáneos.
En 2017, Natacha Ramsay-Levi asumió el cargo de directora creativa de Chloé, trayendo consigo una visión artística celebrando la herencia de la marca. Su énfasis en la feminidad de la marca, y su colaboración con diversas artistas fueron guías del nuevo capítulo de la ropa Chloé. Sus colecciones fundían feminidad con sastrería y bohemia.
La incorporación de Gabriela Hearst en 2020 a la firma supuso la mayor revolución de la marca hasta la fecha. Esta no fue únicamente a nivel estético, sino que logró reestructurar los procesos de producción de la firma hasta convertirla en la primera marca de lujo con certificación B-Corp (un sello de sostenibilidad de los más difíciles de conseguir). Su partida en 2023 nos tomó desprevenidos, conociendo la gran revolución a todos los niveles de la creadora uruguaya. Sus líneas como el Chloé Circular Denim Project, o sus colaboraciones para las Naciones Unidas reevaluaron la posición de Chloé como algo más que una firma de ropa.
Con el paso de las décadas, Chloé ha evolucionado manteniéndose a la cabeza de la moda de lujo. Entre anuncios icónicos de perfumes y campañas históricas con los grandes fotógrafos de moda, la marca siempre ha mantenido su esencia libre distintiva. Su feminidad romántica, la elegancia relajada y la creatividad artística han logrado mantenerse en la cima de la moda. La casa Chloé ha mantenido su espíritu de marca pionera desde los 50, volviéndose un símbolo del estilo contemporáneo.
