LA HISTORIA DE LOS DESFILES DE CRUCERO
Como cada año, entre el final de la primavera y los calores del verano, se despliega un momento muy especial en la moda. Alrededor de las fechas del festival de Cannes, y desde luego no menos espectacular, el calendario de la moda abre ventanas al mundo a través de sus famosos desfiles Crucero.
Lejos de las semanas oficiales de París o Milán, los desfiles Crucero, también conocidos como Resort, marcan un acontecimiento singular que aunque en la actualidad carezca del mismo contexto, nos habla de la rica historia humana reciente. Existen fuera del rígido binomio primavera/verano y otoño/invierno, en un espacio de escapismo. De anhelo. De optimismo.
Pero ¿de dónde vienen? ¿Y qué es lo que los hace tan deseados?
¿Cómo surgieron los desfiles de Crucero?
Las colecciones Crucero nacieron de una necesidad clara. A principios del siglo XX, con el establecimiento del concepto de ocio entre las altas sociedades, los clientes más acaudalados de Europa y América escapaban del invierno viajando al Mediterráneo o al Caribe. Mientras, las boutiques se llenaban de lana y abrigos pesados, haciendo que estos viajeros no encontraran ropa adecuada para sus destinos cálidos.
Gabrielle Chanel fue la primera en ver la oportunidad. En 1919 diseñó una pequeña colección de vestidos ligeros y punto para mujeres que veraneaban en Biarritz. Era elegante, funcional y (como usualmente) adelantada a su tiempo: una solución para una temporada que oficialmente no existía, pero que, en la práctica, sí.
El auge del “interseason”
A mediados de siglo, las colecciones Crucero se convirtieron en sinónimo de ocio y sofisticación. Con el auge de los cruceros y resorts de playa, la estética de estas colecciones fue tomando forma. Y ya en los años 90, con los viajes internacionales más accesibles a un mayor público, las colecciones Resort adquirieron un nuevo valor comercial clave para las marcas. Firmas como Chanel, Dior, Gucci o Louis Vuitton transformaron estas cápsulas funcionales en verdaderas demostraciones creativas.
Foto del desfile Prada Cruise en 2019, en Times Square (NYC)
De ser ropa vacacional para una exclusiva minoría, las colecciones Crucero pasaron a ser aspiracionales. Y, sobre todo, muy rentables. Aunque mantienen su vocación vacacional, también funcionan como puente entre temporadas, como un laboratorio de ideas y herramienta estratégica para mantenerse relevantes todo el año.
De la Riviera a Río: un tour global
Una diferencia esencial entre los desfiles Crucero y el resto es la flexibilidad geográfica con la que ocurren. Sin estar atados a calendarios ni a capitales oficiales de moda, las marcas pueden soñar. Y lo hacen, a lo grande.
De la Riviera a Río: un tour global
Una diferencia esencial entre los desfiles Crucero y el resto es la flexibilidad geográfica con la que ocurren. Sin estar atados a calendarios ni a capitales oficiales de moda, las marcas pueden soñar. Y lo hacen, a lo grande.
Entre los más famosos de la historia reciente, Louis Vuitton ha llevado sus invitados a la Isola Bella en el Lago Maggiore o al museo Niterói de Brasil. Dior ha elegido lugares con un altísimo contenido simbólico: la Plaza de España en Sevilla, el Colegio de San Ildefonso en Ciudad de México o la Puerta de la India en Bombay. Gucci ha desvelado sus desfiles Resort en Seúl, la Abadía de Westminster o los Museos Capitolinos de Roma. Chanel, siempre teatral, construyó un crucero de tamaño real dentro del Grand Palais de París, viajó a Dubai y a Seoul (Korea).
Cada desfile Crucero se vuelve un destino en sí mismo. Un espectáculo donde moda, arquitectura y la narrativa local se funden en una experiencia inmersiva. Las firmas tejen complejas redes creativas entre sus firmas y las identidades locales que visitan. Tanto por rigor histórico de la marca, como por expansión de su creatividad y diversificación. En muchos casos, se pone en valor la artesanía local de los lugares, contratando ateliers locales para confeccionar colecciones y demostrar el valor de la artesanía mundial.
El espíritu Resort
Las colecciones Crucero se definen más por el estado de ánimo global que por la tendencia per se. Lo usual es la ligereza: sedas vaporosas, trajes de lino, vestidos con escote en la espalda y bañadores que rozan la alta costura. Prendas que evocan el sol, la sal, el movimiento y la espontaneidad; pero que también combinan esta suavidad con cortes más estructurados, códigos deportivos fusionados con la marca, y dosis altas de opulencia.
El espíritu Resort
Las colecciones Crucero se definen más por el estado de ánimo global que por la tendencia per se. Lo usual es la ligereza: sedas vaporosas, trajes de lino, vestidos con escote en la espalda y bañadores que rozan la alta costura. Prendas que evocan el sol, la sal, el movimiento y la espontaneidad; pero que también combinan esta suavidad con cortes más estructurados, códigos deportivos fusionados con la marca, y dosis altas de opulencia.
Como el desfile de Gucci transcurrido esta semana en Florencia, para el Gucci Cruise 2026, las firmas nos invitan a echar una mirada al pasado, a imaginar las vidas pasadas de los rincones donde desfilan. Ni exclusivamente comerciales, ni excesivamente conceptuales, las colecciones Resort se han convertido en un espacio de libertad creativa para las marcas. Menos presionadas por la temporada, y mucho más abiertas a la visión personal de cada casa.
Los desfiles de Crucero hoy
A pesar de su origen funcional, el Crucero se ha vuelto una paradoja: ponible, pero imaginativo. Algunas piezas están hechas para aeropuertos o cenas junto al mar. Otras son puro teatro, como una puesta en escena de época, perfectas para editorial y para grandes portadas.
Sin embargo, desafíos contemporáneos como la sostenibilidad o el exceso de producciones han alterado el curso de estas colecciones. Algunas marcas han optado por reducir, digitalizar o incluso cancelar sus desfiles Resort. Pero el encanto de eras doradas perdura. Estos desfiles nos recuerdan que la moda, en su mejor versión, es una forma de viajar. Como la lectura.
Ya sea a islas volcánicas, sets de cine o escalinatas de un palacio, los desfiles Crucero nos invitan a evadirnos. Anticipan el verano que está por llegar.
Ya sea a islas volcánicas, sets de cine o escalinatas de un palacio, los desfiles Crucero nos invitan a evadirnos. Anticipan el verano que está por llegar.
