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EL ROCK Y EL ROLL DE ACNE STUDIOS

Acne Studios vuelve a OTTODISANPIETRO. Después de un tiempo, la firma sueca regresa con una visión que no ha dejado de evolucionar: una propuesta que nace del arte, se nutre del diseño y se expresa con el cuerpo como lienzo. Minimalista y conceptual en su origen, la firma se ha ido convirtiendo en un lenguaje gráfico y colectivo, uno que contiene múltiples dimensiones y formas de expresar su visión.

Fundada por Jonny Johansson en Estocolmo, Acne Studios lleva más de dos décadas desafiando los códigos convencionales del lujo. Su propuesta busca una cierta provocación, un cuestionamiento de lo establecido. Es conocida por los Acne Jeans, el punto y la moda como vehículo de expresión artística. Hoy exploramos la trayectoria de la firma Acne Studios y su compleja proyección y legado cultural.

THE ROCK & THE ROLL OF ACNE STUDIOS

¿Cómo empezó Acne Studios?

Detrás de Acne Studios hay una historia de creatividad transversal. La firma nace en Estocolmo en 1996 como parte de un colectivo fundado por Jonny Johansson junto a Mats Johansson, Jesper Kouthoofd y Tomas Skoging. Lo que empezó como un estudio creativo multidisciplinar con proyectos de publicidad, videojuegos y diseño, encontró su vía principal en la moda. 

Por aquel entonces, desarrollaban desde música y diseño gráfico hasta mobiliario, libros y moda. La palabra “Acne” respondía al acrónimo Associated Computer Nerd Enterprises. Años más tarde, Jonny Johansson le daría un nuevo significado: Ambition to Create Novel Expressions.

El diseñador, nacido en Umeå, creció entre guitarras eléctricas, una madre artista y un padre militar. Su sensibilidad estética se formó entre la música y la contracultura. Esa misma inquietud le dio forma a su visión: una marca que hablara de todas las disciplinas artísticas, como la arquitectura, fotografía, diseño gráfico… Siempre reflejando el pensamiento contemporáneo. Una casa que funcionara como estudio, publicación, galería y forma de expresión artística.

Con formación artística y una sensibilidad alimentada por la fotografía, la música, la arquitectura y el cine, Johansson se propuso desde el inicio crear algo diferente. Su primer paso fue diseñar 100 vaqueros de denim crudo con pespuntes rojos que regaló entre amigos y conocidos. Una campaña sin una estrategia ambiciosa, pero que funcionaba como semilla de una visión por florecer. Pronto, Vogue París y Wallpaper Magazine empezarían a contar con ellos. 

Desde entonces, el denim desgastado, arrugado y desestructurado se convirtió en el sello de la firma. Pero lo que definió a Acne Studios desde el inicio fue su negativa a limitarse con definiciones inflexibles. En lugar de consolidar un uniforme, propuso un léxico propio, con un lenguaje visual a caballo entre poético, brutalista y urbano.

La creación de un mundo

La firma fue creciendo sin perder su alma independiente. En 2006, debutó en la Semana de la Moda de París con una propuesta minimalista y muy gráfica. En 2008, inauguró su primera boutique parisina en el Palais Royal. A partir de ahí, Acne Studios logró consolidar un imaginario estético para la firma: un lenguaje escandinavo con un espíritu más rebelde y maximalista. El denim bruto, el punto maxi y las siluetas conceptuales se convirtieron en códigos inconfundibles de la ropa Acne Studios.

Johansson nunca quiso crear una marca de moda al uso. Desde su sede brutalista en Floragatan 13, antigua embajada checoslovaca en Estocolmo, ha creado un sistema de producción que abarca ropa, calzado, muebles, exposiciones, publicaciones y colaboraciones con artistas de todo el mundo.

“Lo que más disfruto es trabajar de cerca con mi equipo y ver que puedo impresionarles. Cuando eso ocurre, puedo volver a casa flotando”.

Jonny Johansson

Acne Studios funciona como un complejo entramado cultural. A través de sus campañas, publicaciones y colaboraciones, ha trazado una constelación creativa que conecta la moda con las expresiones artísticas más variadas. Desde lo más urbano a lo más elevado. Para Johansson, la ropa es un medio, no un fin.

Uno de sus proyectos más influyentes ha sido el conocido Acne Paper, una publicación semestral que mezcla editorial, ensayo, fotografía y diseño con la sensibilidad de un objeto artístico. Bajo la dirección de Thomas Persson, por sus páginas han figurado nombres como Tilda Swinton, David Lynch, Lucian Freud, David Bailey, Irving Penn, Paolo Roversi o Roe Ethridge. En 2025, la marca reabrió su tienda del Palais Royal como una galería viva para acoger exposiciones ligadas al universo de Acne Paper.

Las colaboraciones con artistas forman parte de su ADN desde antes de ser una moda. Desde las sensacionales campañas con William Wegman y sus perros Weimaraner, hasta homenajes a pintores como Larry Stanton, Acne Studios ha hecho del arte una extensión natural de su propuesta. Katerina Jebb, Hilma af Klint, Jack Pierson, Peter Schlesinger o Shona Heath han contribuido a moldear una firma que expresa desde lo multidisciplinar.

Como músico frustrado y observador meticuloso, Johansson ha explorado in extenso el cruce entre moda y contracultura: el punk, el folk nórdico, el rock, la psicodelia. En sus colecciones, la elegancia se ve subvertida con toques disonantes. Sus prendas hablan desde el margen, desde un lugar donde imperfecto y conceptual conviven con rigor técnico y precisión estética.

Un detalle famoso es el icónico logo Face, un emoticono escandinavo inspirado en la palabra lagom, término que expresa lo justo, lo exacto, lo necesario. Ni mucho, ni poco.

La vuelta de Acne Studios a OTTODISANPIETRO

El regreso de la firma a nuestras tiendas confirma el lugar que ocupa dentro de la moda contemporánea. La ropa de Acne Studios no responde a preconceptos ni etiquetas, sino que ha logrado construir un lenguaje auténtico, experimental, poético y con un gran impacto cultural.

En esta nueva etapa, presentamos una selección curada que recoge las piezas esenciales de su universo creativo: chaquetas con estructuras gráficas, camisas y camisetas de algodón lavado en capas superpuestas y con costuras visibles, jerséis de punto irregular… Y por supuesto, el icónico Acne Studios denim (o Acne Jeans) con acabados únicos e imperfectos. También contaremos con sus emblemáticas bufandas oversized en mohair, y bolsos como el famoso Acne Camero bag

Vienen también sus icónicas piezas de abrigo. Prendas que elevan nuestro armario con un carácter especial, al reinterpretrar clásicos como el trench o la cazadora de cuero. Acne Studios lleva la contracultura hasta el patrón, donde se responde con pinzas inesperadas y cortes inéditos a siluetas clásicas y piezas clave del armario. 

Esta selección revive el espíritu fundacional de la marca: romper los códigos de género, silueta y función desde el rigor del diseño. Todo con un espíritu colectivo, expresionista y brutalista. Son piezas que recogen una actitud. Un cuestionamiento constante, disonante, gráfico y artístico.

Para nosotros, su regreso representa también un punto de encuentro entre dos visiones complementarias: la de una enseña que apuesta por las artes plásticas y la selección como parte esencial de la experiencia del lujo, y la de una firma que ha hecho de la subversión y la multidisciplinaridad su eje creativo. Reunir ambas miradas en un mismo espacio es celebrar una idea auténtica de la intersección de arte y moda.

Así, cada colección de Acne Studios propone una conversación. Una reflexión sobre cuáles son los códigos del vestir, el equilibrio entre lo técnico y lo emocional, y el cuerpo como espacio de creación. Por eso celebramos su regreso como merece: con una edición seleccionada que impregna nuestros espacios del espíritu libre, elegante y radical de la casa sueca.

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