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LOS TOP PICKS DE 2025

Esta semana, recopilamos los votos de nuestra audiencia para decidir las figuras destacadas del año. Si bien pocas serán sorpresa, su elección dibuja el sentido de la moda en su transición a 2026. El tablero de la moda se ha mostrado inestable en los últimos años, pero las figuras destacadas permanecen constantes en un mar de cambios.

Sin más dilación, aquí van las figuras destacadas del 2025.

THE TOP PICKS OF 2025

El diseñador del año: Jonathan Anderson

En sintonía con los British Fashion Awards, los votos de nuestra audiencia declaran al unísono a favor Jonathan Anderson como el diseñador del año 2025, con un 62% de los votos. Y no es ninguna anomalía, ya que el joven prodigio de la industria se ha consolidado como gran referente del sector. 

Su trabajo como director creativo en Dior y J.W. Anderson, y previamente su labor en Loewe destacan no solo por su maestría en diseño. Jonathan Anderson destaca por su capacidad de emocionar. Su profundo amor por la artesanía se ha hecho notar en cada uno de sus proyectos, siendo la mente tras momentos tan importantes como el bolso Puzzle de Loewe, que cumplió 10 años este año, y una serie de colaboraciones artísticas reverenciando su amor por el arte. 

A este recorrido se le suma ahora su etapa más decisiva: su nombramiento como director creativo único de Dior, asumiendo por primera vez en la historia contemporánea de la casa las líneas de mujer, hombre y alta costura bajo una única visión. Su debut en la primavera-verano masculina 2026 fue recibido como una revolución estética de la casa. Su trabajo toca un punto clave del ser humano: la emoción. Su capacidad de emocionar al público ha marcado su trabajo desde el principio, abriéndole las puertas de la industria.

Como runner up, la audiencia sitúa a Miuccia Prada, una figura que no necesita consolidación. Miuccia Prada lleva cinco décadas cuestionando el sistema desde dentro. Su innovación y espíritu pionero la caracterizan, y su alianza creativa con Raf Simons ha reforzado su apuesta por la contradicción como método creativo: masculino y femenino, bello e incómodo, industrial y emocional… Todo coexiste en un mismo lenguaje y en unos mismos códigos de vestimenta. 

Desde el absoluto ascenso meteórico de Miu Miu hasta su imponente visión para Prada, su labor sigue funcionando como un laboratorio intelectual donde cuerpo, política, tecnología y deseo dialogan sin fricciones. Prada entiende la moda como un ejercicio moral por encima de estético. Para ella, crear no es solo seducir, sino asumir una responsabilidad sobre todo lo que se produce, sobre lo que se vende y sobre lo que se quiere comunicar. Frente al optimismo onírico de Anderson, Miuccia encarna la tensión crítica permanente sin abandonar lo onírico. Dos miradas distintas que, juntas, explican buena parte del ritmo creativo de 2025.

La firma del año: Miu Miu

Con un 38 % de los votos, Miu Miu se consagra como la firma de 2025, confirmando que su momento es un auténtico cambio de paradigma en el gusto contemporáneo. Lejos de ser ya “la hermana rebelde de Prada”, la casa fundada por Miuccia Prada en 1992 ha alcanzado una madurez cultural que dicta tendencias a escala global. En los últimos años Miu Miu ha marcado el ritmo de la moda. Las micro-minifaldas, el ballet-core, el underwear-as-outerwear o el uniforme escolar subvertido nacen de sus pasarelas antes de convertirse en fenómeno de masas.

El llamado efecto Miu Miu reside en su capacidad para unir cierta rebeldía lúdica con una inteligencia conceptual. Sus prendas crean debate porque no buscan consenso. Juegan con la contradicción, con la ironía, y con la belleza  de la imperfección. La “Miu Miu girl” no responde a una franja de edad: es una actitud rebelde intrínseca. Desenfadada, tranquila e imprevisible. El éxito es, por encima de lo estético, económico. En 2024, la firma duplicó sus ventas con un crecimiento superior al 100% y recuperó el primer puesto del Lyst Index como marca más deseada del mundo. Y en 2025, volvió a coronarse como firma número uno del mundo.

Miu Miu opera además como laboratorio cultural donde convergen moda, cine, música y casting intergeneracional: Drew Barrymore, Willem Dafoe, Milla Jovovich, Chloë Sevigny. Toda una constelación de musas que mantiene viva una identidad basada en la jovialidad y lo extraordinario. 

El 29% de los votos situaba a Celine como runner up en la categoría de Firma del Año 2025 por su calma, continuidad y una elegancia que vuelve a hablar en voz baja. La maison entra en una nueva etapa bajo la dirección de Michael Rider, un diseñador que no llega para reinventar todo, sino para editar la historia de la casa. Formado junto a Nicolas Ghesquière en Balenciaga, Phoebe Philo en Celine y en el universo Polo Ralph Lauren, Rider entiende el armario desde el punto de la vida cotidiana, en su forma más sofisticada.

Sus dos primeras colecciones, Primavera 2026 y Verano 2026, funcionan como un díptico: primero el patio de Rue Vivienne, oficinas de la firma, y después, el Parc de Saint-Cloud, como un espacio alejado de casa. En ambos casos, la propuesta huye del borrón y cuenta nueva. Recupera la intelectualidad depurada de Philo, mantiene la rebeldía burguesa de Slimane y añade un matiz propio: un preppy-bourgeois más humano, más cercano al movimiento cuerpo. Blazers torcidos, pañuelos de seda reconvertidos en tops y vestidos, denim ajustado, volúmenes cocoon y un New Celine Luggage que sonríe con su cremallera curva.

Que Celine se haya consolidado como segunda firma del año para la audiencia dice mucho de un deseo compartido por el sector: nos seduce la idea de una maison que no da volantazos, sino que se mantiene fiel y consistente en su historia. Rider propone una elegancia en movimiento, hecha para calles, parques y trayectos, no solo pasarela.

La modelo del año: Anok Yai

Con un 47% de los votos, Anok Yai se impone como modelo del año 2025, confirmando que su presencia pertenece al podium de las supermodelos en el imaginario cultural. Su irrupción en la industria fue tan fulgurante como simbólica: descubierta en 2017 cuando una imagen suya en el homecoming de la Universidad Howard se volvió viral, pasó de estudiante de bioquímica a abrir el desfile de Prada en 2018 en cuestión de pocos meses. Desde entonces, su trayectoria ha sido una sucesión de hitos.

Anok se aleja de ser únicamente un ideal estético. Su fuerza reside en una preciada combinación de magnetismo, inteligencia visual y una calma que atraviesa desfiles, alfombras rojas, portadas y editoriales. Su forma de habitar la moda es siempre colaborativa. Quienes trabajan con ella coinciden en que no “porta” simplemente la ropa, sino que la interpreta y le da fuerza. Su estilo personal entremezcla referencias de afrofuturismo, ciencia ficción, referencias victorianas, glamour clásico y códigos street, componiendo un estilo que desafía cualquier encasillamiento.

Vestida con un diseño a medida de Dilara Findikoglu, corsetería expuesta, encajes y un dramatismo gótico medido, Anok convirtió su aceptación del premio en una imagen destinada a perdurar. Su victoria simboliza, tras tres años de nominaciones, un profundo cambio en la industria.

Como runner up, una de las figuras más singulares del panorama actual, Alex Consani representa una nueva forma de ser modelo en 2025. Su figura desborda los márgenes convencionales del oficio para situarse entre moda, humor y activismo sin jerarquías. Consani es una voz de su generación, representando el disfrute de no tomarse la vida excesivamente en serio. Pero esa voz no es cómoda ni neutral. Habla de identidad, política, privilegio, miedo y de futuro con una franqueza poco habitual en la industria.

Su impacto no se mide únicamente en desfiles o campañas, sino en el modo en que ocupa el espacio público. En revistas, redes y alfombras rojas, Alex introduce su activismo y posición ética. Defendiendo que hablar es parte constitutiva de su existencia, para ella, ser visible implica también asumir la responsabilidad de incomodar cuando es preciso.

El debut más esperado: Jonathan Anderson para Dior

Con un 65% de los votos, el debut más esperado de 2025 ha sido, sin discusión, el de Jonathan Anderson en Dior. La expectativa no era solo por el cambio de nombre en la puerta, sino por la verdadera pregunta de fondo: ¿cómo interpretaría uno de los diseñadores más influyentes de su generación la casa que inventó el New Look? La respuesta llegó en la primavera-verano 2026 masculina, en un desfile que sirvió como bisagra entre archivo, presente y futuro.

Sin embargo, el desfile femenino fue el que verdaderamente dio de qué hablar. Todo empezaba con una pequeña caja de cartón en mitad de la pasarela, marcada con el logotipo de 1946 que Anderson ha rescatado. De su interior, una pirámide invertida servía de pantalla para el vídeo de Adam Curtis, un collage de memorias: Dior, Bohan, Ferré, Galliano, Simons, Chiuri. Antes de ver una sola pieza, el mensaje quedaba claro: entrar en la “casa de Dior” implica dialogar con todos sus fantasmas.

En pasarela, el homenaje se convirtió en una transición de piezas de casi alta costura. La chaqueta Bar, cannage, tricornios, ecos de María Antonieta y del New Look convivían con la ironía arty y la artesanía milimétrica propias de Anderson. Minifaldas teen inspiradas en Galliano, smoking-leggings híbridos entre couture y street, zapatos flor y tacones de aire origami demostraban que la espectacularidad podía convivir con nuevas formas de uso. El diálogo con la colección masculina, presentada meses antes, cerraba el círculo: siluetas que se respondían entre sí, construyendo un universo Dior coherente bajo una única mente y un paralelismo hombre/mujer.

Este debut se percibe como un contrato a largo plazo entre diseñador y Maison: un respeto absoluto al archivo, la voluntad de emocionar y la nueva identidad que apuesta por el estilo, más que por el ruido viral. Por eso, para nuestra audiencia, era más que el desfile más esperado del año: era el comienzo de una era decisiva.

Con un sólido respaldo de votos, el segundo debut más esperado de 2025 para nuestra audiencia ha sido el de Jack McCollough y Lazaro Hernandez al frente de Loewe. Una elección con una expectativa distinta, silenciosa y profundamente simbólica: la de ver cómo una de las casas más ligadas a la artesanía contemporánea entraba en una nueva fase sin traicionar su ADN.

Tras la salida de Jonathan Anderson, el reto no era menor. Loewe llegaba a este relevo convertida en un laboratorio cultural de referencia, con una identidad artística muy marcada. McCollough y Hernandez no han optado por la ruptura, sino por una relectura desde lo presente. 

La colección respiraba un aire marino, mediterráneo y físico. Chaquetas con estructuras precisas, minivestidos como placas de color, parkas ultraligeras y un trabajo cromático de rojos, amarillos y naranjas que remitía a una España abstracta, nunca literal. En los complementos, el nuevo Amazona 180 marcó el inicio de una nueva iconografía, junto a piezas virales como el bolso recubierto de mejillones o zapatos en goma moldeada.

Mejor cabecera de 2025: Vogue

Con un rotundo 79% de los votos, Vogue se consagra como la cabecera más influyente de 2025 para nuestra audiencia. Un año que no solo ha estado marcado por sus contenidos, sino por un giro estructural profundo en su liderazgo editorial, en su manera de presentar lo digital y en su capacidad para seguir marcando el ritmo cultural de la moda global. 2025 ha sido, para Vogue, un año de transición histórica y reafirmación de su poder.

El nombramiento de Chloe Malle como Head of Editorial Content de Vogue USA simboliza este nuevo ciclo. Tras más de una década dentro de la casa, encargada de contenidos digitales, Malle asume el timón creativo en un momento clave, con Anna Wintour replegando parte de su foco hacia la expansión global de la marca Condé Nast, con eventos como la Met Gala y, especialmente, Vogue World, convertido ya en uno de los grandes espectáculos culturales de la industria. Bajo la dirección digital de Malle, Vogue.com ha duplicado su tráfico directo, ha crecido a doble dígito en métricas clave y ha reforzado su papel como plataforma de prescriptora de tendencias.

Vogue ya no narra exclusivamente la moda: la dicta y coreografía. Eventos como Vogue World han consolidado un nuevo formato híbrido entre performance, ciudad y pasarela, donde la cabecera se convierte en productora cultural global. En paralelo, la expansión de newsletters editoriales, el auge del podcast con The Run-Through y la revalorización de verticales como Novias o Vintage han demostrado una capacidad excepcional para dialogar con múltiples generaciones sin diluir su autoridad histórica. Estratégicamente, la unificación de sus cabeceras mundiales a un formato de contenido único y global, manteniendo un rango de contenido regional y nacional, establece una simbólica unión de todas las Vogue del mundo.

En 2025, Vogue ha resurgido como el epicentro simbólico del sistema moda, el lugar donde pasado, presente y futuro han aprendido a convivir bajo una nueva lógica editorial.

Como runner up, la revista i-D, icono underground de los 90, iniciaba este año su nueva fase editorial. Comprada por Bedford Media a Vice Media en 2023, la revista pausó toda su prensa impresa para retomarla este año con un nuevo enfoque tecnológico y underground. Si bien le queda camino por recorrer de nuevo, se mantiene como la revista referente fuera de los círculos más hegemónicos.

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