VALENTINO: UN LEGADO DE GRANDEZA
Hay casas que definen épocas. Otras van más allá, y las trascienden. Desde sus orígenes en la Roma de los 60, Valentino se ha mantenido como una referencia constante de belleza, poder y sofisticación. Por encima de la alta costura, se ha convertido en un código propio. Un lenguaje que evoca romanticismo, lujo y precisión. Y uno que ha vestido a princesas, estrellas de la pantalla y mujeres que entienden la moda como una expresión de su identidad.
Todo esto ha logrado Valentino a través de sus metamorfosis. Desde aquella opulencia de Valentino Garavani al sueño más onírico y etéreo de Pierpaolo Piccioli, ahora la firma se reinventa con la llegada de Alessandro Michele. No es una página en blanco, pero sí una oportunidad de desenterrar lo escondido.
“Me gusta la pátina de polvo que envuelve a la marca.
El polvo es precioso.”
-Alessandro Michele
La maison se abre así a una nueva etapa. Una era más barroca, más espiritual, y profundamente teatral. Lo nuevo y lo olvidado se encuentran y conviven, como espectros en un palacio real del siglo XVII, en todo su esplendor.
Hablemos entonces del camino de la casa Valentino hasta la fecha, desde un joven con un sueño a una firma de proporciones imponentes.
¿Cuándo y cómo empezó la firma Valentino?
La historia de Valentino comienza con un viaje a París. Su fundador y primer director creativo, Valentino Clemente Ludovico Garavani, nació en 1932 en Voghera, una pequeña localidad del norte de Italia. A los 17 años, decide trasladarse a París, la capital indiscutible de la alta costura, para estudiar en la École des Beaux-Arts y en la Chambre Syndicale de la Couture Parisienne. Finalizados sus estudios formales, se adentra en los ateliers de Balenciaga, Jean Dessès y Guy Laroche. Sin embargo, no tardó en procurar emprender su propio camino.
Valentino Otoño/Invierno 1986 por Oliviero Toscani
En 1959, regresa a Roma y abre su primer taller en Via Condotti con la ayuda de su padre. Tan solo un año después, en 1960, conoce a Giancarlo Giammetti. Arquitecto de formación, Giammetti se convierte en su socio, su pareja y el gran pilar estructural de la Maison Valentino. Juntos fundan Valentino con una división de roles muy clara: Garavani como creador absoluto y Giammetti como el cerebro estratégico y empresarial. En términos de negocio, el éxito les llegaría pronto.
En 1962, presentan su primera colección de alta costura en el Palazzo Pitti de Florencia. Es un éxito inmediato. Valentino atrajo la mirada de aristócratas, actrices y primeras damas como Audrey Hepburn y Jackie Kennedy. Así, con un primer desfile, se establece el rumbo de una de las casas de costura más emblemáticas del siglo XX y XXI. Sobre su firme anclaje en la tradición italiana, se erige una mirada global hacia las más altas clases y la jet set.
La era de Valentino Garavani (1960-2007)
Valentino Garavani construyó todo un ideal tras su marca. Desde sus primeros diseños, su visión para la mujer se mostró clara: sublimar y elevar la feminidad a través de una elegancia de inspiración clásica, casi romántica y arquitectónica, pero siempre ultra-femenina. Desde niño mostró una clara vocación por ser diseñador, y una gran fijación por las estrellas de la gran pantalla. Su trabajo se asocia con sofisticación de las élites, gracias a un lenguaje visual definido por líneas depuradas, volúmenes exquisitos, bordados espectaculares y un uso magistral del color. El rojo Valentino, en particular, se convierte en su emblema hasta el día de hoy.
Valentino 'La Dolce Vita' con Claudia Schiffer (por Arthur Elgort)
Su origen, el vestido “La Fiesta”, un vestido de tul rojo sin tirantes presentado en 1959 (incluso antes de su primer desfile), marca el nacimiento del color rojo Valentino, o Valentino Red. Años después, el color se establece como la identidad cromática de la casa llegando a contar con su propio Pantone. Curiosamente, se dice que quedó prendado de este color en su estancia en España, al ver a varias mujeres e incluso a la protagonista de la ópera Carmen de Bizet llevar este tono con fuerza y dramatismo. La película Pretty Woman (estrenada en 1990) estableció el rojo Valentino en el imaginario global, lejos de la industria donde ya se les asociaba.
Valentino Otoño/Invierno 2000 por Steven Meisel
Sus primeras campañas y colecciones estaban cargadas de glamour y opulencia, con alardes de costura y color que vistieron a mujeres tan emblemáticas como Jacqueline Kennedy, Elizabeth Taylor, Audrey Hepburn o la princesa Diana. Con cada una, reafirmó su lugar en la historia de la moda como el modisto de las mujeres más poderosas, icónicas y románticas.
Ya en 2008, con 48 años de trayectoria, se despide con una colección de Alta Costura para la primavera del mismo año en la que cada modelo vestía un vestido rojo. Un cierre emocionante para una carrera que cambió el curso de la moda italiana e internacional.
¿Cuándo llegó Pierpaolo Piccioli?
Pierpaolo Piccioli y Maria Grazia Chiuri llegan a Valentino persuadidos por el mismo Valentino Garavani en 1999. Desde ese momento, hasta 2007, se encargan de toda la línea de complementos de la firma. Cuando Valentino Garavani se retira, la Maison entra en una nueva etapa.
Tras un breve paso de Alessandra Facchinetti, el legado creativo de la firma queda en manos del dúo formado por Pierpaolo Piccioli y Maria Grazia Chiuri. Juntos redibujan el vocabulario de la casa, trayendo una mayor sensación de delicadeza, romanticismo y reflejos oníricos. Pero es Piccioli, tras la salida de Chiuri en 2016, quien lleva la firma a una de sus fases más importantes.
Desde su nombramiento como director creativo único, Piccioli se esforzó (con éxito) en encontrar el equilibrio entre tradición y vanguardia creativa. Respetuoso con los códigos de la maison, como la alta costura y el Valentino Red, sus desfiles de alta costura no dejaron indiferente a nadie. Atrajo la innovación tecnológica a la costura, con nuevas técnicas de corte, troquelado, bordado e incluso modelado 3D de las piezas.
Célebremente, también trajo un nuevo color: el Pink PP, desarrollado junto a Pantone. Las piezas de esta colección, lanzadas en 2022, dominaron el panorama internacional y pusieron el color rosa como el número uno del mundo durante varias temporadas. Su influencia sigue latente, con la evolución de la híper-feminidad en sus distintas vertientes de la industria. Bajo su dirección, la marca tomó una postura estética más inclusiva, emocional y conceptual. Todo hasta 2024.
¿Cómo es el Valentino de Alessandro Michele?
En 2024, Valentino inaugura su nuevo capítulo con la llegada de Alessandro Michele como director creativo. Su nombramiento buscaba reconectar con las raíces glamurosas y opulentas de la firma. Nacido en Roma, criado entre recuerdos de tafetán, lentejuelas y vestidos del armario de su madre, Michele vuelve a su ciudad con la misión de revitalizar la Maison desde el respeto. Desde el origen.
Su estética, barroca y nostálgica, enamoró al público fashion en su etapa en Gucci (de 2015 a 2022). Ahora, se entrelaza con el riquísimo legado de Valentino Garavani. Michele no quiere reinventar, sino recuperar los archivos, tejidos, patrones y esencias antiguos, y transformarlos con una sensibilidad maximalista y teatral.
La opulencia de la visión de Alessandro Michele para Valentino se combina con gestos más punk, como una perspectiva autorreferencial en la marca. El desfile de su debut, celebrado en un dojo de artes marciales a las afueras de París, fue una procesión melancólica y exuberante de estilismos recargados con piezas alucinantes. Un Rococó que paseaba sobre cristales rotos en el suelo, añadiéndole dramatismo.
Para Michele, el archivo de Valentino es una fuente sagrada. Lo habita en su totalidad, y busca, como el agua: “colarme por una pequeña grieta para destruir lo que está contenido.” En cada pieza hay un diálogo, una dicotomía, una tensión entre pasado y presente. Entre rebeldía y glamour. Entre el genio de Garavani y de Michele.
Como expresó el CEO de Valentino, Jacopo Venturini: “No es una página en blanco”. Y Alessandro Michele lo sabe: su trabajo va de mantener viva la llama. La llama ardiente de la pasión original de Valentino Garavani.